Cada uno ha de hacer su parte
Un miembro anónimo de nuestra Comunidad de Amigos de las Fuerzas Armadas Españolas quiere compartir su punto de vista sobre «la ACCIÓN» que lleva a la consecución de «los HECHOS».
La opinión de un barcelonés sobre la situación general y la responsabilidad de cada uno por lo que hace o deja de hacer.
«No podemos exigir a nadie NADA que no estemos haciendo NOSOTROS mismos. Cada uno ha de hacer su parte, la que le corresponde. Lograr la consecución del mejor destino posible.
El Destino no viene predeterminado (¿Dónde, en los genes, en un libro, en una baraja de cartas?), debe ser necesariamente la consecución de una serie de infinitas circunstancias que hacen que las cosas acaben siendo de una manera y no de otra. Es potencial, puede ser o no ser, depende de lo que estés haciendo en el momento oportuno y de tu suerte en ese instante. Eso es lo único demostrable más allá de todo dogma.
Nada puede estar escrito. Si el destino está escrito… ¿Quién lo ha hecho? ¿Sólo a unos o a todos? ¿En qué lugar se puede encontrar algo que así lo confirme?
El destino de cada uno depende de la ley de causa y efecto, «cada causa tiene su efecto, cada efecto tiene su causa». Y cada uno decide cuales son las causas por las que quiere luchar y los efectos que quiere obtener.
Es muy fácil estar en el sofá con el móvil en una mano y el mando de la tele en la otra despotricando sobre todo en general. Tan fácil como inútil y frustrante.
Lo que no es difícil pero requiere convicción y valentía es ponerse a trabajar uno mismo de manera autónoma, en pos de un bien superior.
Está el campo sembrado de motivos que nos llevan a tomar parte de los hechos de nuestro pasado más reciente y nuestro futuro más cercano. Lo que vendría siendo el AHORA en tiempo PRESENTE.
Aquí y ahora, partiendo con lo que ya tenemos, construyendo aquello que nos falta, trabajando constantemente y disciplinadamente para conseguir los objetivos marcados.
Cada uno, por su cuenta, remando hacia la Unidad Armónica y Funcional. Y no quedarse al margen, observando como si vivir fuera cosa de otros con más valor. ¿Preocupa el qué dirán? POR CADA UNO QUE HABLE MAL PUEDEN HABER 46.999.999 QUE HABLEN BIEN.
Por España Me Atrevo. Legión Urbana de Barcelona.