La clave está en aprovechar el tiempo | Opiniones anónimas
Lo que se podrá leer a continuación es una opinión personal de un miembro anónimo de Legión Urbana. Es su opinión sobre el aprovechamiento del tiempo, la eficacia y otros temas más que interesantes. Su ideología es «pragmática» o «realista» y nada más.
«Si lo que realmente se quiere es conseguir buenos resultados y cambiar de verdad las cosas, hemos de tener claro algo: hemos de saber emplear nuestra energía y nuestro tiempo es lo realmente importante.
Se puede perder el tiempo de mil formas, de hecho mirando en perspectiva nuestra vida y la de nuestras personas más cercanas, veremos que hay miles de maneras de perder todo el tiempo del mundo.
También hay infinidad de maneras de aprovechar el tiempo, aunque normalmente suele haber una a cada vez. Cuando hay una cosa importante por hacer, no se debe hacer otra que no lo sea.
20/80
Los gurús del rendimiento y de la superación personal acostumbran a coincidir en que una pequeña selección de tareas y acciones clave de nuestras vidas, consigue muchísimos y mejores resultados que todo el resto juntas. Hay quién dice que la norma es «del 20/80», en la que el 20% de acciones consiguen más resultados que el 80% restante. Buscar y encontrar ese selecto 20% es siempre la primera tarea a realizar.
La vida en comunidad
No estamos solos en el mundo. Es importante que coloquemos lo más urgente y relevante en los primeros puestos de nuestras listas de tareas, teniendo en cuenta ya no sólo lo que es mejor para nosotros sino también para nuestro entorno: pareja, familia, amistades, vecinos, comunidad o país. El sentido común famoso es clave.
Cuestión de enfoque
En España hay un dicho que dice «zapatero a tus zapatos» que significa que cada uno debe hacer lo que mejor se le da o lo que le corresponde hacer. En inglés le llaman FOCUS, en español se le llama ENFOQUE. Y al parecer por lo que se dice por ahí, lo es todo.
Orientación Estratégica
Hacer lo adecuado es lo relevante, pues en la mayoría de ocasiones, fallar en la puntería o en la orientación de lo que uno hace es peor que no haber hecho nada. Se acierte o se falle se deben aceptar de buen grado todas las responsabilidades. Hacerlo nos exime de todo lo que ocurre por no hacerlo y nos fortalece inmensamente.
Entreno Extremo
Si no se tiene nada que hacer relevante en ese instante, lo mejor es centrarse en entrenar parámetros y habilidades para que al siguiente momento de la verdad se pueda resolver mejor y más rápido. A los monjes Shaolin les funciona, los Ninjas lo hacían, la mayoría de los deportes se basan en eso: practicar, entrenar y mejorar para ganar. Vencer antes y mejor.
Trabajo invisible
Cada uno decide lo que hace, aunque también hay ocasiones en las que se tienen que hacer multitud de cosas que uno no ha decidido, pero de hacerlas depende el cumplimiento de la misión. Es el trabajo sucio o, por decirlo de una manera más limpia, el trabajo invisible. O que es muy visible pero nadie nos ve hacerlo o lo infravalora. Que brilla en su ausencia y hace brillar todo lo demás en su presencia. Las personas más inteligentes lo hacen rápido, sin margen de error, disfrutando incluso de hacerlo. Lo hacen y punto «pim pam». Para los legendarios samurais, barrer era una parte indispensable de su rutina diaria. Con esa perspectiva, el trabajo se convierte en un juego apasionante (o sucesión de juegos) pues desde poner ladrillos a mover palets por un almacén se pueden convertir en retos muy motivadores.
Acción oportuna en el momento oportuno
¿Qué hacer en cada momento? El libre albedrío nos permite hacer mil cosas a cada momento, tener un gran abanico de opciones, pero la libertad individual nos permite decidir una de entre todas las opciones posibles. Cada ser libre decide por sí mismo. Por ello somos responsables de todos nuestros actos y de todo lo que nos pase. Echarle la culpa a los demás de nuestros pocos resultados prácticos es un error de principiantes que sólo cometen los perdedores. Con espíritu ganador siempre se consiguen unas victorias u otras, pequeñas o grandes. Con espíritu perdedor, no hay más victoria posible que por casualidad.
La efectividad es el verdadero hecho diferencial
La efectividad, el rendimiento individual. Ese es el verdadero hecho diferencial de las personas, lo que digan lo que digan es más demostrable y verificable: la capacidad de trabajo productivo con la mejor actitud posible. Mientras más eficientes seamos, conseguiremos mucho más con mucho menos. Mientras más eficaces seamos, mayores avances conseguiremos en menos tiempo. Mientras más efectivas sean nuestras acciones, menos será lo que nos separe de nuestros objetivos. Y mientras mejor sea nuestra actitud, más felices nos sentiremos.
Liberarse del veneno de la inoperancia
Por ello, hay que transformar la energía negativa que se acumula en nuestro interior cuando tiramos nuestro tiempo a la basura en las buenas vibraciones que nos deja haberlo aprovechado.»
Como dice un amigo militar del Batallón Barcelona… «La íntima satisfacción del deber cumplido».